lunes, 9 de septiembre de 2019

Isabel Aguilera



Llegamos al barrio en el 84' o en el 85' más o menos. Estaba doña Estella y don Eugenio, don Eduardo y Balvina y "la abuela" su mamá.
Don Eduardo era muy amable, era muy amigo de don Eugenio y de Jorge, mi marido, quien le alquilaba los locales de abajo se su casa para  su herrería.

Mi cuñado Cacho Galdames, con los chicos de nuestra familia, frente a la herrería de Jorge Galdames.

Jorge Galdames en su herrería. Con Juan Muerza, Fue su ayudante.

Jorge Galdames en su herrería con Dante Muello, fue su ayudante.

La luz siempre fue mala en el barrio, en ese tiempo don Eduardo trabajaba en Edenor y cuando no había buena luz él nos iba cambiando de fase en fase. Después cuando él falleció, nos cambiaba Eduardito su hijo.

También estaba Inés (hermana de Balvina) y su marido Raúl, él era militar y después se fueron a Junín, teníamos una linda amistad porque era gente muy humilde. Raúl nos había comprado a nosotros una casilla de madera que teníamos, después empezó a revestirla con ladrillos. Después de unos años Juanito les compró la casa y la reformó.

Yo hablaba mucho con Beatriz, su marido creo que se llamaba Raúl Ortellao. Él trabajaba en los camiones con otro hermano en la poda de árboles, cortaban la leña y la vendían, murió en un accidente.
Ellos vivieron un tiempo atrás de la casona que estaba en la esquina de Zelada y Ascasubi. Ahí no vivía nadie estaba desocupada, los chicos se metían a sacar frutas de los árboles que habían en ese terreno.

También estaba Magui con su marido,  ellos son de Bolivia. Me acabé de enterar que Magui falleció  esta semana y me puso muy triste. Hace muchos años que no los veía, nosotros ya no vivimos en el barrio.
Tienen tres hijos, yo conversaba mucho con ella, conocí a su hijo Patricio que me vendía libros, enciclopedias y a Paula también.

Imagen de Google
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Recuerdo la casa de la esquina, del Zorzal y Ascasubi, ya estaba. En ese momento estaba abandonada, dicen que tenía muchas máquinas adentro. No sé de qué era la fábrica, nunca la vi funcionar y un día se llevaron todas las máquinas.
espués fue habitada por unas chicas y de a poquito la empezaron a arreglar.

También estaba don Eugenio con la despensa, era la única que conocíamos y la del Tucumano al otro lado de la ruta y las vías, ahí comprábamos la carne.
En la despensa del amigo atendían los dos (doña Estella y don Eugenio), pero él se dedicaba más a las compras en una camioneta blanca que después le robaron pobre, apareció quemada.
Doña Estella estaba casi siempre en el negocio. Ellos ayudaban porque a muchos nos daban fiado.
Don Eugenio era un hombre que vos le pedías un favor y estaba presente en todo, se puede decir que era la ambulancia del barrio.
Eran gente muy buena y tenían dos hijos: Germán Muello y Dante Muello. 

Me acuerdo que ya estaba la familia Burgos ahí en la calle Marmol, en la esquina Marmol y Ascasubi había una casa donde vivían dos señoras mayores y creo que eran familiares.

En la entrada ya estaba don Juán y su señora y la casa alpina de fin de semana, nunca vi gente ahí.

Lo que más me gustó del barrio fue la entrada del Zorzal, los árboles, me llamaba mucho la atención la casa de doña Alicia (mujer del tío de Jorge mi marido) estaba llena de flores. 
Entre Ascasubi y La Paloma estaban los Galdames, en la misma cuadra ya estaba esa cabaña de madera.
La casa de don Pancho Galdames la hicieron mucho antes de yo vivir ahí, fue la primera casa que hicieron los Galdames, don Toto (mi suegro), don Pancho (el hermano) y los hijos.
Después de muchos años hizo don Toto su casa.
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Imagen de Google


La familia compró casi media manzana, después cuando empezó a subir todo tuvieron que ir entregando terrenos. Después hicieron la casa de Balvina y don Eduardo, ahí trabajaron Don Toto, su  hermano don Rodolfo y los hijos, Jorge también.

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 Imagen de Google


Estaba Patricia Franco, Ana y su hija Vero. Ana, mujer de Miguel Ortellao en ese momento, pero no tenían aún el almacén.

Para el otro lado de Ascasubi estaba la familia de Campos y para atrás de Balbina, había una señora muy buena, de pelo Colorado que curaba el empacho.  Después cuando se hizo evangélica, no quiso curar más el empacho, si no me equivoco era la mamá de Beatriz.

Estaba la mamá de Juanito Muerza, Adriana, yo hablaba mucho con ella, en ese momento levantaba quiniela, Juanito era chiquito. Gente de mucho trabajo.

Por Ascasubi, un poquito más al fondo, había una familia que tenía un auto. Por ahí vivía también un hombre que cuando habían accidentados en el fútbol hacía masajes, era como el kinesiólogo del barrio, tenía una banqueta pegada en el pantalón.

Nunca hubo asfalto en la calle Ascasubi ni mejorado, los vecinos juntaban plata y la iban arreglando.
Me acuerdo que traían  camiones con tosca y los vecinos ayudaban a esparcir.
Nuestro barrio siempre estuvo abandonado por el municipio, una vez fui a la municipalidad para que nos arreglen la calle y me dijeron que la calle Ascasubi figuraba asfaltada. Y ahí les dije:"nunca estuvo asfaltada". Ahora, hace unos años la asfaltaron, pero para la Mona porque se inunda.

El Zorzal en cuanto a accidentes fue muy peligroso, falleció mucha mucha gente. Pero nunca hubo un  semáforo y era lo que todos pedían.

Ahora no sé, está todo muy poblado. En ese momento era muy tranquilo, nos conocíamos todos, éramos pocos.
Una vez trataron de hacer una Sociedad de Fomento, la hija de Melena, Sandra. Pero no sé que pasó, me parece que no les permitían. Queríamos más luces porque en la noche era una boca de lobo. Pero no se pudo hacer porque en ese momento había otra, la de la Fraternidad.

A Melena lo conozco desde que llegamos a ese barrio y nos hicimos más conocidos cuando llegó mi cuñado Cacho. Porque ellos se hicieron amigos, entonces ahí conocí a Sandra (su hija) y a Mirta (la señora). Ella siempre vendió revistas de Avon, Tsu y esas cosas, andaba en su motito.
Melena era un gaucho, muchos caballos y vacas. Siempre andaba con su boina y sus alpargatas, era muy buen vecino y hacía cosas de gaucho en su casa.
Hacía domadas muy lindas, varias veces fuimos, mucha gente me acuerdo.  Era una distracción para nosotros, comíamos asado, tenía cosas de gauchos colgadas en su casa también. Ponían música pero nunca vi que tocaran en vivo. 
Nos vendía la leche recién ordeñada, andaba en un carruaje. Andaba con esos cosos de lata donde llevaba la leche, casi no comprábamos leche en sachet.

A la Fraternidad la conocí cuando mis hijas empezaron la escuela. 
Para ser sincera a mí no me gustaba mucho la educación que daban en la escuela N°13, en un principio. En ese momento era lo único que había, cuando yo hablaba con las maestras me decían que sólo daban educación para que las personas vallan a trabajar en las en las quintas, pero no mucho más, que les sirviera para seguir una carrera.
En ese tiempo, en el centro de Rodriguez no te recibían a un chico que fuera de otros barrios, yo lo intenté varias veces.

Conocí a la hermana Paz y las otras monjitas. Yo conocí a varias que en ese momento trabajaban en el CONET.
Yo iba mucho a Panipuchi, eran un matrimonio que tenía una despensa muy variada, tenían de todo. Yo hablaba mucho con ellos.
Recuerdo las misas y los bautismos en la iglesia, la salita, el jardín, la "Vaca Loca" creo que se llamaba así, una carnicería que estaba al lado de la escuela N°13.


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Enfrente de mi casa había muchos pinos hermosos, pero don Toto los fue cortando cuando un día hubo un viento grande y un gajo le calló arriba de la casa y le rompió ka losa en una esquinita.

En un momento nos fuimos a Chile porque estaba muy mal acá. Fue un poco antes de que saliera de presidente Alfonsín, había mucha inflación. Así que nos fuimos y le dejamos nuestra casa a Cacho mi cuñado. Pero volvimos antes del año, cuando volvimos Cacho tenía la casa con un negocio así que nos alquiló la casa de Don Eugenio y nos fuimos a vivir ahí hasta que él hizo en el Raffo, creo que fue como después un año.
Creo que Don Eugenio y su familia se había ido a vivir a Santa Fe.

Jorge y Don Toto trabajaron como tres o cuatro años en el barrio Raffo, en los departamentos.

En la entrada de Ascasubi estaba esa Casa Rosada, ya estaba como abandonada, incluso todos le decían "la casa abandonada" vivía un muchacho joven le decían "el negro". Siempre fue rosada y estaba más cerrada, ahora esta más abierta, nosotros una vez entramos ahí y un día nos invitó para que entraramos a verla. Había muchos libros, un pool antiguo, una pileta inmensa, que estaba toda rota, decían que era de un militar.

Imagen de Google

Mucho más no me acuerdo, sé  que fue lindo vivir ahí y recuerdo con mucho cariño a todos los vecinos.

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