sábado, 29 de agosto de 2020

Carlos Alberto Torres "El Pampa Torres"

Creador del Circuito de ciclismo del
Polideportivo Municipal "Juan Ávila"


Yo nací en Gral. Rodríguez en 1935, en el campo. En ese tiempo iban las parteras en carros, en Sulki.

La madre es la manija de una familia, se puede defender con diez hijos, pero un padre con uno solo ni se defiende. Nosotros éramos 8 hermanos: cuatro mujeres y cuatro varones, mi mamá falleció en el hospital año 1945 y ahí quedamos todos huerfanitos de madre. Yo tenía 10 años y había un hermano de 6 meses.

Tengo tres hermanos fallecidos, son cosas de la vida. Hice el servicio militar, un año y 15 días, y en ese tiempo falleció uno de mis hermanos y no pude venir. 
Siempre miré para adelante, tengo 85 años y tengo miedo de andar por la calle. Hay que ser bueno, tratar con la gente, respetar, conseguir amigos. Tengo muchos amigos, uno lo que cosecha en la vida son los amigos. Voy por el pueblo y me dicen: ¡chau Pampa!, muchachos que los conocía de chicos y que no los reconozco ahora porque cambiaron la cara.

En Suipacha me pusieron "El Pampa". Había un hombre que era medio matrero al que apodaban así y como decían que yo era como él, me pusieron "El Pampa". 

Hasta los 16 años me dediqué al campo. Escuchábamos radio, mi hermana escuchaba la novela y gastaba la batería. Ahora los gauchos hablan por celular.

En el año 1953 nos vinimos al centro con mi familia. No había trabajo, era bravísimo en ese tiempo. Yo conseguí con Gino, un cementista de acá. Hice changuitas y trabajé en la construcción. Le hicimos la casa a Rosa, en el monte del hospital. El trabajo de las quintas de verduras era medio brutón, bravo como el horno, había muchos jujeños trabajando en esos lugares.

No llegué a ver el tranvía que iba del hospital a la estación, las vías si las conocí, Av. 25 de mayo, donde estaba la herrería de Tensi, laburaban mucho así como los Igoné. 








También estaban las vías que iban del hospital al matadero. 

Fui trabajando hasta que un hermano mío me hizo entrar en la Serenísima. Hasta 1981 trabajé ahí, primero en el sachet y después fui encargado de línea. 


Máquina de sachet, utilizada por 
Carlos Torres. Hoy exhibida en 
el comedor de la empresa.


Los señores Mastellone... la verdad que la palabra Señores les queda bien, los conozco del año 1945. Yo estaba en el tambo de Pascual Mastellone, de la quinta de Pampurro, una quinta famosa que había. 

Pascual vivía en la esquina de los bomberos, yo traía la leche con el carro cuando tenía 10 años. Conocí al padre Don Antonio y a Doña Teresa, la casa y el camioncito que está en las revistas. 



La fábrica tenía la entrada en Av. España, era de tierra y se hacía barro. Había unos huellones por los camiones y los carros.

Don Antonio iba a vender Muzzarella a Bs. As. Lo que tienen los Mastellone se lo han ganado. Excelentísimas personas son todos, hay que sacarse el sombrero. Para todo el mundo que necesitó algo, ellos estuvieron. Muy buenos. Te encontrabas con José Mastellone en cualquier lado y te decía: "¿Cuánto precisás? Andá a buscar".

Habían campeonatos internos de fútbol en la fábrica, yo era defensa. Ya casi de los muchachos que están conmigo en las fotos ya no hay nadie, ya se fueron.





Después compró mi suegro un camión a medias conmigo y salí con un reparto.

Yo he hecho muchos trabajos, nunca le esquivé a nada. Trabajé en los talleres de Electrolux de Congreso, me iba a las 5:30hs de la mañana en tren hasta Once y de ahí en el subte hasta Congreso. Se hacían muchas heladeras a kerosene para el campo. Ahora en el campo hay luz, gas, todo el viento a favor. 




Mi mujer y yo tenemos 7 hijos, 17 nietos y 3 bisnietos. Yo era viudo y mi señora divorciada, yo tenía tres hijas mujeres y ella tres hijos varones. Nos conocimos, nos juntamos, nos casamos por civil y por la iglesia. Los siete nietos salieron llevándole la cola a la novia. 

Cartucho, es la unión de la familia, son todos hijos para mi.




Lo que siempre me gustó fue el deporte, carrera de autos, el ciclismo, el fútbol, el boxeo, el tenis, jugué a las bochas 20 años en el Club Porteño. Jugábamos con los de Luján, Jáuregui. Acá estaba el Porteño, el Alem, después se hizo 25 de mayo, pero se perdió la bocha. 

Yo tengo un hijo que tiene cuarenta y pico de años, sigue corriendo en el ciclismo y tengo un nieto que corre también. Después con el fútbol, mi hijo Cartucho jugó en Ferro, teníamos que andar de acá para allá, siempre lo apoyamos. Yo quería que estudie. 
Después jugó un tiempo en Alem y ahora se dedica a la política. Trabaja mucho, anda de noche. Yo lo reto aveces y él me dice "tenemos que andar, tenemos que cumplir" y uno está con el corazón en la boca, tanto él como los hermanos. Él está ahí en el centro de aislamiento, laburan mucho. Yo no tengo nada que ver con la política, es para quién le guste. 

Integré la comisión de los bomberos, en el tiempo que estaba Barbieri, entré porque tenemos un hijo que es bombero. 

Ahora voy al Club Porteño, acá en el centro, a jugar a las cartas con mis amigos y con mi señora somos jubilados de Atilra, es una cosa fuera de lo normal, porque te atienden, te quieren, te abrazan, te besan. Un cariño, un trato, parecen gente de otro planeta. A cargo de los jubilados esta mi yerno, nosotros vamos, bailamos, comemos, nos divertimos, a nosotros entrar a Atilra nos cambió la vida.

Yo tenía los tres chicos que corrían ciclismo, hacíamos carreras en la calle, alrededor del Club Vicente López y Planes, porque no teníamos circuito, eran carreras callejeras.

Por eso hice el circuito del Polideportivo Municipal Juán Ávila, después Tejedor lo agarró y lo asfaltó la municipalidad. 

Lo hice de tierra, me lo diagramó Juan Ávila, yo iba todas las mañanas a las 5:30 de la mañana, después me iba a trabajar al corralón de mi suegro "Sala" que estaba al lado de la carnicería Bota, donde ahora venden colchones. 

Había muchos árboles, acacias, eucaliptos, de todo. Le hice la inclinación con la máquina de la Municipalidad.

Nosotros teníamos la Peña en el Club Vicente López y Planes, el presidente era José Perrone. Después estaba David Vásquez, Osvaldo Trillili, Melo, un tal Delvue de Moreno, Pugliese de Moreno, y como no teníamos personería jurídica, se hizo cargo el Club del circuito.

Entró de presidente el Negro Mañoli y le dijimos que sólo trabajábamos para mantener el circuito y mantener a la gente. Me dijo: "te agradezco Negro por todo lo que hiciste".

Yo jugué en los campeonatos de barrio también. Tengo una medalla que me dio Juan Ávila como deportista destacado y estoy en el Museo Municipal en una pared.

Yo conocía a un Juancito Burgos que trabajaba como encargado en una estancia "El Resongo" y jugaba al fútbol también. De La Fraternidad conozco a Edgardo D'Alessandro, a Carlitos Cordone. Él jugaba al fútbol, éramos contrarios, jugó a las bochas, también Carlitos García.
Recuerdo el Club de Fraternidad, el Rayo, Lealtad, el Federal, club Vasco donde estaba yo. Lo teníamos ahí donde estaba Punto Clave, en la Avenida Perón, y la cancha la teníamos al lado del corralón Municipal. En el hospital estaba el Villa Nueva que era de chicos huérfanos, ahí donde está el Tapié había un pabellón de chicos y cuando jugábamos iban al alambrado a alentarnos.

Recuerdo cuando se corrían Grandes Premios, las cupecitas pasaban por acá. En Rodriguez teníamos a Daniel Musso y Manuel Medino, eran de Turismo Carretera.

El hospital era de tuberculosos, había muchas chicas.

Torre Sol era un hotel Drago, después estaba el hotel España ubicado en la casa que está en frente de Aloa, en la tienda de ropa. Donde está Aloa era una casa de fotos, Corema. Donde está la zapatería era la imprenta de Mazaratini, la única que había.

Lo de Turón, era un comercio de ramos generales, te vendían zapatillas, yerba, fideos sueltos, azúcar suelta. No había bolsitas como ahora, te envolvían todo con un papel blanco. 


En la casa de la esquina de Granaderos se bailaba, venía a cantar Alfredo de Angelis y Julio Martel.





Antes era más linda la vida, andabas a cualquier hora y no pasaba nada. Éramos todos conocidos, te peleabas con alguien y a la semana amigos otra vez.

Cuando hablan en contra me da bronca. Es lindo Gral. Rodríguez, lo quiero. 


------------------------------------------------------------------------------------


Leticia, esposa del "Pampa Torres": Nosotros teníamos la Peña en el Vicente López y Planes, la armamos entre los matrimonios. Teníamos a los chicos que corrían, las carreras eran en la calle. Carlos habló a la municipalidad y le dieron un pedazo de tierra (estaba el intendente Arano). 
Juan Ávila le marcó el circuito y le mandaban de la municipalidad la máquina. Nosotros comprábamos, con lo que hacíamos en las carreras, la tosca, en Luján y de allá la traían.

Mi papá tenía corralón y él trabajaba con nosotros, iba todos los días a las 5 de la mañana para desparramar y apisonar. Cuando el Club Vicente López y Planes lo vio terminado, lo quiso para el club. 

Nosotros lo hacíamos por los chicos, con lo que se juntaba se les compraba la ropa y se pagaban las inscripciones en otros lados. Acá, los de Rodríguez no pagaban. 

Yo anotaba a los chicos por categorías según la edad, medía las bicicletas, porque tenían que tener tanto de piñón.

Un día el locutor dijo: "la señora de Perrone va a izar la bandera". Le dije: "pero yo no soy la señora de Perrone, yo soy la señora de Torres". Se creían que yo era la señora de Perrone porque siempre estaba ahí, hasta con fríos que te morías.

Un día dijeron que a una de las curvas del circuito le iban a poner "Pampa Torres" y le hicieron un homenaje.


Reconocimiento. Una de las curvas lleva su nombre (ver video)





..................................................





No hay comentarios:

Publicar un comentario